lunes, 13 de agosto de 2007

El miedo a la adicción a la nicotina.

Casi todos los fumadores sudan y se ven dominados por el terror ante la sola idea de verse privados de su amigo invisible, de su “bombona vital”. Normalmente si usted pregunta a otros fumadores se dará cuenta que todos esgrimen las mismas excusas; tales excusas se ver referidas a la resignación de creerse enganchados a una sustancia cuya ausencia les hará esclavos e infelices durante el resto de sus vidas. Pero he aquí que ninguno se planteará el mono psicológico al que se refería esta guía en el capítulo Busque dentro de sí mismo.

La retirada de la nicotina en el cuerpo se produce desde el mismo momento en que usted la introduce en el cuerpo. El organismo rechaza el veneno y comienza a sudarlo y expectorarlo. Este proceso tarda entre 20 a 30 minutos, momento ras el cuál usted encenderá el siguiente pitillo y seguirá interminablemente la cadena. No se engañe, si usted es de esos que sueñan con el día en que se levantarán una mañana y habrá desaparecido el ansia de fumar, olvídelo, nunca llegará ese día.

Si usted piensa y se resigna a su esclavitud anteponiendo la excusa de que es adicto a la nicotina párese a pensar un momento: Su organismo no recibe el veneno durante ocho o diez horas de sueño todas las noches, y usted al levantarse no siente ganas de matar a nadie ni romper muebles por no haber recibido su dosis de nicotina. De hecho segura ha de conocer a fumadores empedernidos incapaces de fumar su primer cigarro antes de desayunar o almorzar, incluso algunos esperan hasta después de comer. ¿No cree que si la nicotina fuese la causa real de su adicción usted no podría dormir porque su cuerpo le reclamaría su dosis durante la noche?. Su cuerpo no le pide nicotina, lo que usted “sacia” al fumar el nuevo cigarrillo es aliviar el “mono” de 20 minutos que le produjo el anterior. Si usted no fuma durante 1 día su cuerpo no se combulsionará ni usted vomitará o sentirá dolor como los adictos a la heroína. Sudará, lo pasará mal, sentirá nervios y ansiedad, pero todo está en su cabeza.

La nicotina, al ser introducida en el organismo, proporciona una especie de “sensación de paz”, cierto, pero es la calma y la cura del desastre que le causó fumar el anterior. Si lo duda dígame: ¿Sintió usted paz y calma tras fumar los primeros cigarrillos?. No, usted tosió y sintió asco como el resto, y esto sucedió porque no necesitaba aliviar el mono de ningún cigarrillo anterior. Fumar es absurdo, según este ejemplo imagine que usted se clava un cuchillo en el brazo únicamente para experimentar el placer que siente al extraerlo. Igualmente usted fuma un cigarro para calmar el ansia que le produjo el anterior.

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